Después de largos años de carrera, los docentes, que entregan su saber para educar a niños y jóvenes, de la noche a la mañana tuvieron que cambiar el modelo de enseñanza, para adaptarse a lo exigido en medio de la pandemia.
Desde el inicio de emergencia sanitaria y el cierre de las instituciones académicas, los maestros han debido transformar sus metodologías para llegar a los estudiantes a través de la virtualidad, con las dificultades que supone una educación digital diseñada contra reloj.
“Debemos ser muy flexibles, realmente hay jóvenes que no están estudiando, por lo que hay que considerar todas las situaciones posibles”, explicó Yessica Ávila, maestra de inglés del colegio público Antonio Molina. La docente observa cómo la educación se ha visto afectada, en especial en torno al acceso a las herramientas tecnológicas que se necesitan.
“El colegio dio un subsidio para fotocopias y talleres para los estudiantes que no tienen Internet, ellos los recogen en la sede y los desarrollan en casa, pero yo diseño mis clases con modalidad virtual”, afirmó Ávila.
Afortunadamente, la crisis ha unido a los docentes para encontrar soluciones a los retos que trajo la cuarentena, fomentando la comunicación y la colaboración entre colegas. “En lo presencial, no había comunicación entre los profesores, ahora todos diseñamos las clases alrededor de un solo tema para ayudar a los estudiantes. Trabajamos juntos y aprendemos a manejar las tecnologías, con lo que cada uno puede aportar”, comentó.
La estructura online funciona de forma diferente entonces no se trata solo de adaptar lo que hago presencial a lo no presencial, sino que se trata de entender la lógica online.
Nelly Caicedo
Acerca de estos nuevos retos, el experto en educación y asesor de la Universidad de Chile, Cristián Celedón, en una entrevista para el medio chileno TimeLine, habló sobre el reaprendizaje: “el profesor que debe estar detrás de esto no tiene la preparación para hacer una formación online de alto nivel, Hay que entender que se les está pidiendo a los profesores adaptar cursos a formatos que nunca lo habían hecho”.
Del mismo modo, comentó acerca de los nuevos modelos de clase: “Cuando construyes un curso online desde un inicio, tienes otras acciones sobre cómo elaborar el proceso de aprendizaje del estudiante, pues sabes que a los alumnos no los vas a tener al frente. Lo importante de entender es que la estructura online funciona de forma diferente, entonces no se trata solo de adaptar lo que hago presencial a lo no presencial, sino que se trata de ayudar a los profesores a entender la lógica online”, explicó Celedón.
La labor del docente durante la pandemia hizo converger la enseñanza con la tecnología, el apoyo psicológico, la empatía y la gestión emocional que brindan los maestros a sus estudiantes por medio de las nuevas herramientas digitales. El panorama actual es estresante y depende de los profesores, en gran medida, centrar a sus estudiantes y que estos tomen la situación de la mejor manera.
“No se trata de solo subir talleres y notas, debemos fomentar la conciencia en esta coyuntura. Debemos ir más allá de querer graduaciones y fotos; los estudiantes deben reconocer que lo más importante es la salud colectiva”, expresó Freyder Gutiérrez, docente del colegio Leonístico La Merced.
En los retos que suponen las nuevas tecnologías, la brecha digital -que hay entre los que pueden y los que no, acceder a los medios modernos- corresponde a una problemática que tiene un componente de desigualdad social, que ha salido al ojo público con esta pandemia.
“Un desayuno puede ser un privilegio más grande que un computador para muchos estudiantes. Tengo casos donde hay un celular que funciona con datos en una casa de muchas personas, esta cuarentena está mostrando una dura realidad que estaba oculta”, dijo Gutiérrez.
Según las Naciones Unidas, a nivel global, suman 1370 millones los alumnos que han debido interrumpir sus clases, casi el 80% de la población estudiantil.
Heriberto Montoya, profesor de educación física del colegio Educativo Nuestro Amanecer, expone que los colegios en las zonas vulnerables son los más afectados con la migración a la virtualidad. “No estábamos preparados para realizar un trabajo desde casa de forma virtual a través de plataformas, y hay estudiantes que no cuentan con las herramientas necesarias. Han disminuido mucho los que atienden las clases, antes eran 70 y ahora se conectan 20”.
Para Montoya, las herramientas que han tenido más frutos son las guías académicas que los estudiantes pueden llenar sin necesidad de plataformas digitales, ya que hay estudiantes que ni siquiera pueden acceder a Gmail o a WhatsApp.
Por su parte, para Nelly Caicedo, también docente del Nuestro Amanecer, el cierre de las instalaciones ha permitido un aprendizaje que le ha servido para familiarizarse con las nuevas tecnologías y aprender nuevos modelos de enseñanza desde las plataformas digitales. “Me tocó indagar el manejo de las telecomunicaciones, exhaustiva y rápidamente, cosa que no manejaba, pero quiero llenar las expectativas de mis alumnos”, explicó.
Los docentes han tomado nuevos caminos para enseñar, adaptarse a los nuevos medios, aprender desde cero y tener la capacidad de ser maestros, guías emocionales, mentores y hasta maestros de sus colegas, pero lo han hecho con compromiso y pasión. “Estoy en esta profesión porque creo en esto, creo en la educación, quiero que mis alumnos dejen de preocuparse por las apariencias”, concluyó Gutiérrez.
Estoy en esta profesión porque creo en esto, creo en la educación
Freyder Gutiérrez